Día del joven combatiente: y ¿el día después?

Un día en que las universidades cierran sus puertas más temprano, un día en que los trabajadores vuelven a sus casas antes. En fin, todos parecen querer encerrarse en sus casas porque este día se ha convertido en un día en que algunos expresan la disconformidad a través de la violencia. Es como si todos, en el fondo, nos resignáramos a que otros hagan memoria de un hecho injusto de la peor manera: recordando violencia con violencia.

Pero, ¿no existirá otra manera de estar frente al dolor y a la injusticia? Porque todos hemos en algún momento experimentado que este mundo no es justo... y hemos pensado que la culpa es siempre de otros... Entonces, así, al parecer nos hacen creer que la única posibilidad de ser hombres -como plantea Jouvenel- es imponerse a sí mismo y convertir a los otros en instrumentos de la propia voluntad y el único heroísmo es el de reaccionar frente a la injusticia, al dolor, a la frustración mediante esta expresión catárquica y violenta. Pero, en el fondo, después de haber roto con todo, al otro día cada uno vuelve a la "normalidad", a la "cotidianeidad"... y el mundo entero queda tal cual... Tiene que existir Alguien que nos libere, que nos haga capaces de enfrentar la realidad y que vuelva lo cotidiano heroico.

"Era necesario que lo heroico se volviera cotidiano y lo cotidiano heroico"

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